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Decirte Adiós "La mejor decisión"

Foto del escritor: Ana MariaAna Maria

“No todo desamor es malo y no todo amor es sostenible”

- Walter Riso


A veces arriesgaríamos todo para estar con esa persona que amamos. Luego, uno se pregunta hasta dónde estamos dispuestos a llegar para estar con alguien, especialmente cuando nos hace mas daño que bien. Llega un punto en donde, por mas egoísta que suene, debemos poner nuestra felicidad por encima de la otra persona.


Estuve cinco años con él. Cinco años donde el idilio de amor era hermoso; donde las peleas, gritos e insultos no existían. No todo era perfecto, pero provocábamos llegar a lo más cercano- un lugar en el que la amistad, el compinche, la confianza y la pasión hacían la combinación perfecta. Esa combinación creaba sentimientos tan fuertes dentro de mi que con el tiempo decidí llamarlo amor. Pero con el tiempo también me di cuenta que el amor es una decisión. Ame cada momento a su lado. Cada experiencia que vivimos juntos, cada beso que nos dimos, las caricias que contaban todas las palabras no dichas, todos esos pequeños detalles para mí eran extraordinarios. El mundo podía acabarse- pero siempre y cuando el estuviera a mi lado- yo no necesitaba nada más.


Los años iban pasando, nos compenetrábamos aun mas- para mí, un idilio constante- pues ambos nos decíamos y prometíamos tanto. Para las personas que nos rodeaban, era evidente el amor tan bello que existía entre los dos, esa conexión que nos llevaba a querer compartir nuestra vida hasta nuestro ultimo aliento, disfrutando de las dos cosas que más amábamos- nuestros hijos y la playa.


A pesar de que todo era hermoso, él tenía asuntos importantes por resolver con sus hijas. Por momentos, no pensamos en nada mas que nosotros, en lo que se sentía estar juntos- eventualmente ese factor nos paso la factura. Mucho de su tiempo se torno en recuperar a sus hijas tras un divorcio complicado, pasando largos tramos de tiempo sin verlas lo cual sufría constantemente. El dolor que él sentía al no tener a sus hijas a su lado yo lo igualaba al verlo tan triste; ciertas veces mi apoyo incondicional no era suficiente- muchas situaciones se escapaban de mis manos y consecuentemente los días se tornaban mas gris. Por otro lado, el tiempo no nos favorecía y cada vez se volvía más difícil, todo lo que antes no había de repente surgió. Discusiones constantes y cuestionamientos del porque el aceptaba el comportamiento de su ex, el solo callaba o me decía- “Las cosas no son así”- otras veces solo me miraba como quien mira a alguien que saben esta en lo correcto pero no son lo suficientemente fuertes para aceptar. Pese a eso, yo seguí a su lado como quien tapa al sol con un dedo y no me permitía ver la realidad que pasaba a nuestro alrededor. Decidí seguir con la relación aun cuando personas cercanas nos decían que nos alejáramos- decidí seguir y arriesgar mi propia felicidad porque mi amor por él sobrepasaba el amor por mí.


Mi ansiedad aumentaba día tras día, mis celos crecían, siempre quería saber en donde estaba, con quién estaba, que hacía. Empece a sentir que había algo más, mi sexto sentido me decía que algo pasaba- y sin tener la situación concreta, esa angustia aumentaba. Le comente a varias amigas cercanas lo que me sucedía y me decían que eran ideas mias, que el jamas haría algo así, que a pesar de todas las situaciones duras él me amaba. Empece a sospechar que le gustaba alguien de mi equipo de trabajo, a la cual recibíamos constantemente en nuestra casa. Tras preguntar frontalmente una primera vez, el me contestó- “Antes de que yo te sea infiel, terminamos. Porque yo te quiero en mi barco siempre. Ya sea como pareja o como amiga”. Pasaron los días, el sexto sentido no callaba, y tras preguntar una segunda vez, se rió en mi cara y me contestó- “Estas loca”.


Ahora puedo decir que de esos momentos me llevo una enseñanza- siempre escucha esa corazonada, porque si sientes que algo esta mal probablemente lo esta. Una noche tras él levantarse de la cama lo encuentro con el celular en mano, la noche que descubrí todo lo que hablaban de mi- como se burlaban, como decían que debían cuidar de su historia porque era una que el mundo tenía que escuchar. Recuerdo cómo lloraba silenciosamente en la cama, todo me temblaba- es un sentimiento que nunca olvidaré. Leer sus conversaciones me llevo a cuestionar si la persona que vivía conmigo y dormía a mi lado todas las noches era realmente aquella que yo conocía o un total desconocido.


¿Cómo es posible que la persona que más amas es quien más te hace daño?. Y nuevamente me encuentro pensando lo mismo- hasta dónde estamos dispuestos a llegar para estar con alguien. Porque sin importar que estemos dispuestos a arriesgar todo para estar con esa persona que amamos, no siempre significa felicidad. Llore por él lo que nunca por nadie. Empece a vivir un duelo constante cuando en mi corazón sentía que algo pasaba, cuando me daba cuenta de mentiras- pero sobre todo luego de pasar noches enteras sin poder cerrar los ojos y días donde no me apetecía nada, días en los cuales el ya no estaba en casa. Eran esos días en los cuales yo sentía que mi mundo se acababa, no entendía porque esto me pasaba a mi- la persona que como en el Poker habia dado todo, un all in. Durante días pensaba que me había secado, ya no tenía lagrimas para llorar ni un corazón que dar. Creo que llega un punto en el cual todas las mujeres pensamos esto en esta situación. En medio de mi neutralidad me di cuenta que mis lagrimas no solo eran por el dolor que me causo perderlo a él, sino también porque lloraba por mí- sentía que habia perdido parte de quien era.


A este punto debo darle las gracias a mi prima de vida, quien vivió conmigo cada cosa y estuvo a mi lado brindándome un hombro en el cual llorar. A mi familia, quienes me decían que me merecía más, que a pesar que en el momento no quería escuchar porque sentía que no sabían de lo que hablaban porque no lo habían vivido, tenían toda la razón. A mi hija, mi compañerita que estuvo durmiendo a mi lado todas las noches cuando no lograba cerrar los ojos, quien me hacía los desayunos cuando no encontraba los ánimos para nada y quien de igual manera me decía- “No pienses en él. No te merece y tampoco tus lagrimas”.


Hoy sonrío, vivo mi día a día con mucha mas serenidad, pongo mi felicidad primero- y aunque llevo las cicatrices de un viejo amor, puedo decir que estoy feliz de haberle dicho adiós.


Todo sucede por una razón, estas enseñanzas me permitirán no cometer los mismos errores. Sé que para mi hay cosas extraordinarias esperando y esto tenia que suceder para ellas poder llegar a mi. Sea cual sea esa razón, gracias. Gracias- porque nunca había sentido esto por alguien antes, y estoy orgullosa de que la primera vez fue contigo R.


Con amor,

A.M.


 
 
 

1 Comment


minniemoore3067
Jun 29, 2019

Sabes tienes toda la razón en tu escritura las experiencias pasan y te hacen crecer y ser mejor pero por eso no nos podemos cerrar las puertas.Dios nos quita lo que no sirve para darnos lo que nos tiene para nosotros lo importante es que nuestra reacción es por amor porque somos mujeres independientes sin necesidad que nos mantengan

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© 2020 Ana Maria Villarreal

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